Triste pedimento
amá, dame un trozo de pan; Pero no le untes mantequilla, Nada de queso ni de jamón, Dame la rebanada así de sencilla.
La madre se levantó de su silla Y si dirigió a su despensa vacía Y, presa del dolor y el desencanto, Le dio al hijo lo que pedía: Una rebanada de pan mojada en llanto.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
07-02-2010
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