Reivindicación
(Dedicado a un colega y amigo, él sabrá a quién me refiero)
is manos están ocupadas, y ocupado también mi tiempo, por eso para escribir no tengo mucho tiempo, casi nada podría decirse. Mi cerebro produce ideas que poco a poco se congelan en mi mente y la mayor parte de las veces no puedo exteriorizarlas inmediatamente, y entran en un periodo de añejamiento que a veces se torna demasiado extenso. Por eso las ideas se abarrotan queriendo salir, hasta que finalmente ya no puedo soportarlas más tiempo dentro de mí y comienza un parto literario sin dolor, para dar cabida a un nuevo escrito.
No obstante sigo en mi afanosa tarea de crear cosas nuevas, que literalmente van cobrando vida a través de mis neuronas, aunque a veces demore un poco para darle vida con palabras y frases, ellas siguen allí, inmóviles, casi dormidas, hasta que logro abrir las puertas de la escritura y las dejo escapar en un vuelo rápido que las eleva a toda prisa y rápidamente se pierden de mi vista. Después me olvido de ellas, como si nunca hubieran existido dentro de mí, y entonces otras ideas comienzan a agolparse nuevamente en mi cerebro. Es un ciclo interminable que no me molesta para nada.
Mi tiempo se consume en atender a quien una vez me atendió, alguien que supo desvivirse por mí cuando yo no podía hacerlo por mí mismo, tal vez lo hizo por obligación; ahora lo hago yo como un deber. No se si con el mismo gusto que él lo hacía, pero sí con una inmensa alegría que me deja en el alma la tranquilidad y la satisfacción del deber cumplido.
Las atenciones que le prodigo no son un pago a las que de él recibí, no, es más bien un regalo que él me está haciendo. Cuántos quisieran tener la oportunidad de atender a su padre enfermo y poder demostrarle que no perdió el tiempo cuando decidió concebirnos.
Tal vez cuando ya él no esté, mis escritos fluyan con más rapidez, pero si no es así, eso no me preocupa, por lo pronto seguiré en mi ocupación de atender a mi padre, quién sabe si dentro de algún tiempo sean mis escritos (esos que salieron volando cuando le di vida), quienes regresen a mi, con la única misión de reivindicarme.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
27.02.2010
www.dibucuentos.com
Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.