Prepotencia
n grano de sal de la playa salió Y muy, pero muy a su pesar Aquel solitario granito de sal Entre la blanca arena se confundió. Por más que intentaba saltar y escapar El manto arenoso lo cubrió. Entonces ya cansado el grano de sal Orgullosamente para si pensó: No crean que estoy arenoso en este lugar, Si usted piensa así, ya se equivocó; Deben más bien agradecer que llegue yo Para la blanca arena salinizar. Y una carcajada inmensa se escuchó Por todo lo ancho del arenal.
DIOS ES EL INMENSO MANTO DE ARENA Y LAS PESONAS SOMOS EL GRANO DE SAL: ÉL, DA TODO EN SILENCIO A MANOS LLENAS Y NOSOTROS POR UN GRANO, EMPEZAMOS A HABLAR.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
15-02-2010
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