Nueva vida
na serpiente y una tortuga habitaban en un bosquecillo casi abandonado. Parece que la vida se había extinguido de aquel apartado lugar y sólo ellas dos habían logrado sobrevivir. Por tal razón buscaban diariamente la manera de salir de aquél inhóspito lugar.
-¿Cómo hacemos? –decía la tortuga -.Soy demasiado lenta para recorrer tantos kilómetros y salir de aquí.
-Yo soy tan pequeña y mi carencia de patas me impide levantarte y llevarte conmigo – dijo la serpiente.
-Tú tampoco eres muy veloz que se diga – contesto la tortuga.
-¿Qué hacemos entonces? –preguntó ahora la serpiente.
-Tendremos que valernos de algún truco mágico para poder salir de aquí y llegar a un lugar donde haya más vida y podamos mezclarnos con otros animales y convivir en un nuevo ecosistema, respondió la tortuga.
La serpiente volvió a replicar:
-Sí, pero ¿cómo?
Los días iban pasando y ambos animales no hallaban la manera de salir de aquél triste y abandonado bosque. Hasta que una noche tuvieron una idea, dejarían de ser animales y se convertirían en minerales, para de esa manera poder salir más fácil de aquel triste lugar… Y así fue. La serpiente se convirtió en riachuelo y la tortuga se lanzó al riachuelo y se convirtió en roca; y mientras el riachuelo se alejaba serpenteando valle abajo arrastrando consigo a su amiga la roca, se fueron alejando hasta llegar al mar, donde los esperaba una nueva vida; la nueva vida que pronto habrían de descubrir.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
30/11/2009
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