La rana y la hormiga
-oy una hormiga que come migas y el trabajo no me fatiga
-Y yo soy la rana tu amiga sana, con piel resbalosa y voz de campana.
–Escuche, Amiga rana, ¿usted quiere ser de verdad mi pana?
-¡Claro que si hermana hormiga!, quiero ser de verdad tu buena amiga
-Señora rana, hagamos amistad de buena gana
-Claro, señora hormiga, sin odios y sin intriga
-Entonces, ponte las pilas, para que puedas marchar en fila
-Y tú búscate una barca, para que vayas a mi charca
- No importa, amiga rana, iré a visitarla en horas tempranas
-La esperaré, señora hormiga, haré contenta lo que usted diga
-Que nuestra amistad no sea vana; es cosa nuestra, amiga rana
-Choquemos entonces antenas y barriga, y hagamos amistad, señora hormiga
Y así el batracio y el insecto, fueron amigas en secreto.
La hormiga va a la charca en su canoa, mientras la alegre rana, croa
Y la rana, sin cumplir la promesa, se comió a la hormiga al llegar a la mesa.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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