La cola del toro
n toro andaba suelto por una amplia sabana, y aunque tranquilamente pastaba su presencia importunaba a un enjambre de moscas que por el sitio volaba.
En afán de ahuyentar al toro, las moscas lo asediaban, y con furia lo atacaban para que se retirara; cuidando claro está, de sus cachos y sus patas para que no las matara.
Pero igual fueron muriendo por estar de descuidadas por los fuertes coletazos que el toro les asestara.
La lección para las moscas es una sola: el toro tiene cachos y patas, pero también tiene cola.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
15/04/2010
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