Dibucuentos

Publica tus cuentos y lee todo aquello publicado en dibucuentos.com

Buscar

Buscar en Dibucuentos 

El rincon  Este es el rincón donde se publicarán tus cuentos y disfrutarás de sus lecturas

 

 

 

 

 

 

Intentando volver a la armadura 

 

 

esteste es un relato, un relato que me he imaginado así de repente, aunque a veces cuando lo leo detenidamente se me parece tanto a una historia que conozco, que he llegado a pensar que en verdad ocurrió, hasta puedo confesar que a veces creo que lo soñé.

Ella era una joven radiante de felicidad, tan feliz era que nunca se había enamorado, por tal razón nunca había sentido los tormentos y las angustias de tener que vivir amando a un desconocido. Ella vivía su mundo entre familiares y amigos, ajena a todo lo que fuera romanticismo. Ella estaba en un punto neutral entre las confesiones de amor de algunas de sus amigas y su verdad pregonada a gritos, la de no haberse enamorado.

Ella usaba una armadura de hierro, para que los ataques de cupido no pudieran alcanzarla, y en efecto así ocurrió, Cupido nunca pudo dar en el blanco de su joven corazón. De pronto ella veía que el tiempo iba pasando y Cupido había perdido el interés en ella, como si la armadura mental hubiese surtido un efecto a largo plazo, y ya no tenía caso protegerse de Cupido.

Entonces ella decidió librase de aquella armadura y ofrecer al mundo su figura al viento sin nada a que temer y sin necesidad de esconder potenciales sentimientos que ella pensaba que nunca aflorarían a su corazón, y mucho menos sin su consentimiento.

Pero algo extraño ocurrió, la joven, comenzó a sentir sensaciones nuevas y extrañas para ella, parece como si Cupido la hubiese estado acechando para herirla en lo más profundo de su ser, y ella al sentirse indecisa y confundida, al sospechar que algo raro estaba pasando, salió corriendo a internarse de nuevo en su armadura de hierro, pero le fue imposible entrar de nuevo; pues ya un caballero andante se había internado en ella, quien sabe con que intenciones, tal vez para protegerse él también de Cupido, o para que Cupido encontrase a la joven fuera de su antigua armadura y tuvieses entonces la oportunidad de flecharla con su temida flecha del amor.

En ese momento me desperté, y no pude saber en que terminó la historia, por cierto amanecí rígido, casi inmóvil, como si estuviese metido dentro de una armadura de hierro.

 

 

 

Autor: Alejandro J. Díaz Valero

28/04/2010

www.dibucuentos.com

Lecturas: 3970

 

 

subida Subir

 

 

 

 

 

 

Creative Commons License  Privacidad de Google  Renuncia legal  Condiciones   Política de cookies  Sitemap

dibucuentos by Francisco Mielgo Santiago is licensed under a

Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.