Insignificancias
levando una pesada cesta con una carga que excedía iba un hombre por una cuesta que muy cansado subía,
En medio del recorrido una fruta se cayó y el hombre ni se volteó a recoger lo caído.
Sabiduría y elegancia mostró aquel caminante por no valorar ni un instante aquella insignificancia,
Las cosas insignificantes no merecen atención porque causan distracción e impiden seguir adelante.
Esta historia habrá de ser para nosotros un ejemplo para no detener proyectos si alguna fruta, se ha de caer.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
05/06/2010
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