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Coloquio reflexivo
o peligroso de perder el control, es correr el riesgo de no volver a encontrarlo.
Somos como aves enjauladas en el planeta tierra, sólo que la tierra es tan grande, que nos da la sensación de vivir en libertad.
Aunque alguien pueda encadenarte sin usar cadenas, nadie podrá libertarte sin darte la libertad.
Hay personas tan perseverantes que sólo perseveran en cometer errores.
Cuando tenemos las manos llenas no podemos recibir nada más, pero en cambio si podemos darlo todo.
Nunca detendremos a un caminante acortando su camino, alarguémoselo y tal vez por el cansancio logremos detenerlo.
Tanto ahorrar vida para malgastarla en la muerte.
Somos como piedras en el camino; a veces los pies de los caminantes nos hacen tropezar entre sí, para poder juntarnos.
Mientras las personas viles se cuentan por miles, las personas buenas se cuentas por decenas.
La mejor manera de perder el tiempo es querer ahorrarlo.
Mis versos son como prisioneros a quienes les he concedido su ansiada libertad.
Desnudó su mirada mientras sus pies ciegos iban dando traspiés por el camino.
Escudriñando los episodios de mis experiencias pasadas, ví borrones, palabras inconclusas y mucha ingenuidad... Pero nada podrá cambiarse.
No me interrumpan cuando digo lo que quiero, porque después me rogaran a que diga lo que pueda.
Si el dormir es una necesidad, el despertarse es un milagro.
Soy adicto a la vida, pero en cualquier momento entraré en abstinencia.
Me dijo que regresaría cuando menos la esperara, por esa manera tan extraña de anunciar su regreso, es que he dejado de esperarla.
EL niño buscaba entre cadáveres mutilados el juguete que se le había extraviado. Era una pistola de plástico con la que nunca pudo jugar.
Era un suicida tan calculador y preciso, que hasta sus días los tenía contados.
Cuando la noche se hace eterna, el día nos parece breve
La cortedad de la existencia guarda una relación inversa con la intensidad con que vivamos, salvo pequeñas excepciones.
A veces en la escuela de la vida, el timbre del recreo suena conjuntamente con el timbre de salida.
Por intentar borrar rasgos de su existencia, dejó una mancha indeleble en las páginas inmaculadas de su generación.
Tantas veces estamos tan ocupados pensando cosas inútiles, que afortunadamente no nos queda tiempo para hacerlas.
Para muchos despedirse es una tragedia y dar bienvenidas es una comedia, pero vivir sin despedidas ni bienvenidas es una tragicomedia.
Cuando era niño, soñaba con ser grande... Y ahora en mi edad adulta: Sigo soñando lo mismo.
Las manecillas del reloj, aunque bailen juntas, nunca llevaran el mismo ritmo.
La recámara abrió sus puertas en señal de bostezo y acto seguido me venció el sueño.
Hurgando en la piel encontrarás tu alma, y hurgando en tu alma encontrarás a Díos; porque a Díos es difícil hallarlo a flor de piel.
Cuando Alguna luz incide directamente en el centro de nuestras cabezas, hasta la más mínima sombra desaparece.
Un abogado defensor por defender a su cliente, acusó al juez.
Un viejo reloj se ha parado. En su huelga exige reivindicaciones tecnológicas.
Todas las balanzas pierden su calibración en algún momento, hasta la de los jueces.
El verdadero fin de todo proyecto debe ser el de iniciarse.
Los pensamientos vuelan después de haber anidado en el cerebro.
Lo único que apacigua la necesidad de tener hijos, es el deseo de tener nietos.
Unos trabajan por la comida de cada día y otros lo hacen por la bebida de cada noche.
Al pintor se le cayó su paleta y salpicó su lienzo. Muchos dicen que esa es su mejor obra.
Los médicos de cabecera casi siempre están al pie del cañón.
El sol solo puede iluminar el cielo, la luna no pudo, por eso hizo metástasis y lo invadió de luceros.
La diferencia entre la vida y la muerte es un segundo, pero la diferencia entre la muerte y la vida es una eternidad.
Los desalmados casi nunca andan desarmados.
Andrés Eloy Blanco exigió angelitos negros para todos, ya al menos tenemos nuestro angel de la guarda negro... Es nuestra sombra.
Si mi maestra de primer grado pudiera leer las cosas que escribo, tal vez se arrepienta de haberme enseñado a escribir.
Porque será que para ser más bellas, se quitan los vellos?
Tener la razón y creer que no se tiene, es una estupidez. Pero no tenerla y creer que se tiene es una desgracia.
Mis sienes encanecidas me hacen ganar el respeto de los demás. Pero a veces mis palabras mordaces me lo hacen perder.
A veces por tomar las cosas en serio, se nos acaba rápido la botella.
Dejé de leer para dedicarme a escribir. Ahora tengo doble trabajo, tengo que leer lo que escribo.
Con el guiño de un relámpago la tormenta enamoró al arco iris.
Muchos vagan por la vida buscando lo que nunca perdieron y luego al pasar a la otra vida encuentran lo que nunca buscaron.
Los sepultureros han visto tantos muertos que ya parecen uno de ellos.
No por tener los ojos azules ves distinto el arco iris.
Cuando un niño pobre dice: \"cuando sea grande\", es un verdadero desafío.
Morir accidentalmente es como una pérdida en disposición de activo.
Morir de viejo es como una depreciación de activo por dígitos decrecientes.
Es difícil encontrar un inventario de vida sin faltantes.
Las amistades son como Cuentas por Cobrar, incluso muchas veces tenemos que llevarlas a la provisión de incobrables.
Una idea no expresada, aunque esté en la reserva, nunca pasará a cuenta de patrimonio.
Nunca pensé que escribir era tan fácil, lo difícil es que me lean.
La luna es sencillamente un lunar en el cielo.
Porque si en la física los polos opuestos se atraen, no ocurre igual en la política.
Según los astronautas al llegar a la luna, la fuerza de gravedad estaba grave.
El ex-presidiario, ansía la libertad de no hacer nada, que tenía cuando estaba en prisión.
La mañana extendió su manto blanco y arropó a la noche.
La noche abrió sus negras fauces y se tragó a la tarde.
El pichón comentó a su madre: \"Quiero volar\" y ésta salió corriendo a esconder la dinamita
Cuando dijo: \"Cuidado el globo se está desinflando,\" nadie le prestó atención. Lástima, se refería al globo terráqueo.
Si siguen pidiéndome que termine lo que aún no he comenzado, terminaré empezando lo que ya finalicé
Nuestros ojos aunque juntos, nunca se han visto el uno al otro.
No hay mejor dosificador que una serpiente; inoculan el veneno por gotas. Nunca exceden de la dosis letal.
Por dormirme contando ovejas me despertaron sus balidos.
Si los pollos en lugar de picotear el suelo picotearan el cielo, ya no habría luceros.
Comía, comía y comía, pero se olvidó de beber. Nadie pudo evitar que se atragantara.
Para los perros la reciprocidad en la amistad parece carecer de importancia. A veces son grandes amigos sin tener amigos.
Muchos creen que para saltar la cuerda hay que ser habilidoso con las piernas... Olvidan que brazos y cabeza, también tropiezan la cuerda.
La lectura es como una gigantesca lupa, con la que vemos de manera clara y exagerada la dura realidad de la vida.
Cansado ya de Tanto cansarse, quiso darse una siesta y se le hizo eterna.
Que triste es caminar con una moneda en cada bolsillo. Por mucho que apresures tu marcha no podrás alardear de que tienes dos monedas.
El dolor es cómo un baúl de joyas, muchos lo esconden, simulando no tener nada.
Estaba asustado de tanto pensar en los fantasmas, que no se había dado cuenta que él, era ya uno de ellos.
Danzar al compás del viento es una manera olímpica de ignorar la música.
La ineficiencia se fue haciendo tan poderosa, que logró vencer a la eficiencia.
El libro más que espantapájaros es una especie de espanta ideas... Apenas nos acercamos a él, las ideas salen volando.
Al intentar amarrar las trenzas de sus zapatos se le cayó el sombrero, el cual no quiere recoger por temor a que se le rompa la camisa.
Se sacó el premio de la lotería, y estaba tan ansioso de jugar la próxima tanda, que olvidó cobrar su premio.
Tenía las manos llenas de ojeras después de haber amasado los trasnochados panes con que alimentó la noche.
Iba subiendo la cuesta con el saco de esperanzas descocido. Quienes venían detrás de él sin proponérselo, se llenaron de esperanzas.
La fragilidad de su mirada se fue endureciendo cuando quebraba el cristal de sus ojos con puntiagudas lágrimas
Aún estando en silencio le pedían que callara, fue precisamente por eso que se convirtió en sepulcro sin decirnos nada.
Con el color brillante de la sonrisa teñiré los colores ocres del dolor.
La suave voz de su madre era la tibia almohada donde descansaban sus sueños.
Nada tenía y nada debía. Su vida transcurrió en una suma de ceros, donde no hubo oportunidad para empezar a contar.
Sus manos frías devoraban el calor de la tarde, mientras sus lánguidos ojos recogían los desperdicios.
Cada vez que mentía se le sumaba un año de vida. Ese fue el secreto de su longevidad.
Buscando la noche se le hizo tarde y encontró el día.
El río canta mientras la nube llora
Si sueñas algo grande y alguien te despierta, No le cuentes el sueño
Un perro de la calle pierde el derecho a ser mascota.
La ópera es música de altura. Hasta sus tonos son altos.
Si el tiempo pasa y no deja ninguna enseñanza, es cómo si nunca hubiera pasado.
Un día se alejó con la esperanza de volver. ¡No volvió!, pero envío un sustituto tan parecido, que a muchos nos cuesta ver la diferencia.
El lago cansado de tanta quietud quiso ser mar… El mar nunca se cansó de su oleaje y por eso no tuvo la ocasión de querer ser como un lago.
Es irónico, pero a veces la dureza del rostro con que nos mostramos al mundo es parte del éxito. Sino pregúnteles a las piedras preciosas.
Si no nos preocupáramos por hacer un techo al momento de construir nuestros nidos, tendríamos el instinto de volar como las aves.
La espera y el cansancio se unieron una vez…Ambas siguen unidas a pesar de ser asediadas constantemente por la esperanza y la fe.
Llevaba tantas cosas por dentro que olvidó la importancia arquitectónica de su pintoresca fachada.
Llovió tanto que la tierra seca se fue convirtiendo en arcilla y la arcilla fue cobrando vida hasta convertirse en Adán.
El luto que guardaba la noche se fue yendo poco a poco por el llanto del rocío.
No por tener sus alas extendidas pudo alzar su alto vuelo, porque la envergadura de sus alas no iba más allá de un vuelo rasante.
Todo el peso del dolor que albergaba se fue escapando poco a poco porque había dejado su sonrisa abierta.
Desandaba por la vida mostrando su alma dura como el acero, de pronto se derritió en lágrimas cuando lo abrasó el dolor.
Fui incapaz de salir corriendo tras el dolor, porque la dirección del viento me hizo de repente sentirme perseguido por él.
ESTAS REFLEXIONES FUERON NACIENDO EN MI, CADA VEZ QUE EL ABONADO SUELO DE MI VIDA SE IBA NUTRIENDA DE LLUVIA DE EXPERIENCIAS EN EL INVIERNO DE MI EXISTENCIA.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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