El viento y el destino
oigo el viento silbar en mis oídos mientras voy escribiendo con letra desgarbada lo que éste me va dictando. Su lenguaje no es del todo entendible -pues casi un misterio es para mí-, y para poder descifrar lo incomprensible fijo en él mi mirada a través de una cortina cerrada que son los recuerdos del alma.
Si no entiendes bien mis palabras recuerda que han sido dictadas por el viento y que pueden cambiar de sentido como un caprichoso deseo escrito por ese otro ser errabundo como es el destino. Pero mientras reflexionas sobre este enigmático lenguaje, que son las palabras del viento, te diré que somos plumas brillantes volando por un azul y cremoso cielo distante de los recuerdos vividos, donde se está a gusto y complacido. Mientras tanto, en ese viejo libro arrugado, viejo mamotreto del destino, vamos escribiendo retazos como en un código cifrado que nadie es capaz de leer si no es de nuevo por un largo y misterioso soplo de viento traducido.
Autor: J. Francisco Mielgo
27/04/2009
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