El sueño
legó de la oscura tormenta, del mítico arco iris en primavera, del viento que mueve las ramas y trae los olores y de un sol que lucía cálido en septiembre. Nació de la buena tierra, de hojas caídas y flores secas, de verdes montañas y bravos ríos. Surgió del mar como una plateada sirena, de un árbol alto y brillante, de una piedra, de aquellas gotas de agua caídas y de lejanas dunas de arena. Salió de una nube errante y de la blanca nieve de invierno, de un libro de poemas, de la luna que brilla de noche y de las que aún brillan más, las estrellas.
Si no lo comprendes del todo te diré que de un sueño te hablo y sabrás a qué me refiero.
J. Francisco Mielgo
10/03/2008
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