CON TU DORADO PODER
oy haciendo caricias
como el sol,
como una nube…
¡y siempre un sueño nos despierta!
Vas urdiendo los hilos de oro
y los de plata,
que mueven el mundo loco;
y algo que nos conmueve
y nos desata.
Vamos libres y resueltos
por un mundo siempre amplio,
siempre distinto;
es como la suerte jugada
o el destino…
Volvimos un día ya lejano
y ahora volamos,
como si tuviéramos grandes alas.
¡Pero siempre estaremos
unidos encadenados
sobre la suave brisa de nuestros cuerpos!
J. Francisco Mielgo
© 18/02/2004
06/11/2024
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