Dibucuentos

Publica tus cuentos y lee todo aquello publicado en dibucuentos.com

Buscar

Buscar en Dibucuentos 

El rincon  Este es el rincón donde se publicarán tus cuentos y disfrutarás de sus lecturas

 

 

Un cuento con vocabulario explicado  glosario 

 

 

 

La niña zurda 

 

 

  saraara y Bartolo eran esposos, se habían casado ya hacía algunos años y no habían podido procrear hijos, hasta que una mañana lluviosa, Sara le dijo a su esposo que iban a ser padres, noticia esta que alegró a Bartolo quien desde ese día comenzó a prepararse para así poder convertirse en el mejor padre del mundo. Fueron pasando los meses hasta llegar el día del parto.

   Ya Sara estaba preparada, su madre y su suegra le habían dado las instrucciones necesarias para enfrentar aquel acontecimiento. Bartolo, por su parte, estaba muy ansioso y su inquietud se reflejaba en su frente sudorosa, en el temblor de sus manos y en lo entrecortado de su voz, pues nadie, ni su padre ni su suegro, lo habían preparado para aquel día. A pesar de todo sacó valor de donde no tenía, y logró acompañar a su esposa al día más importante en la maternidad, cuando daría la bienvenida a aquel nuevo ser que desde hacía meses estaban esperando.

   -¡Es una niña!, señor Bartolo- fueron las palabras que escuchó en la sala de espera, mientras la enfermera le mostraba aquella criatura recién nacida para luego salir presurosa por el pasillo del hospital.

   -Y ahora, ¿que voy a hacer?– se preguntaba Bartolo, profundamente preocupado-. La vida ha sido dura conmigo. Yo soy hombre, siempre he criado y orientado varones, ¿cómo voy ahora a iniciar la tarea que me convierta e el mejor padre del mundo?

   La misión que parecía difícil, se hacía cada vez más fácil, porque su esposa Sara y su hija Valentina le iban diciendo lo que tenía que hacer. Conforme pasaban los días Bartolo seguía en su misión paterna, la cual se vio nuevamente amenazada los tres años cuando una tarde se dio cuenta que su hija Valentina, recogía las piedrecitas del parque con la mano izquierda y las lanzaba con la misma mano, a una fuente que mansamente goteaba.

   -Toma Valentina, toma esta- le decía, mientas le daba una nueva piedrecita, hasta tristemente convencerse que todas, absolutamente todas, las había lanzado con su mano izquierda.

   Por más intentos que Bartolo hiciese para que Valentina tomara los objetos con la mano derecha, ella seguía en su lateralidad, perfectamente definida, tomándolas y lanzándolas con la mano izquierda; tanto es así que Bartolo llegó a pensar que eran caprichos de su hija, por eso seguía insistiendo para ver si podía convencer a la niña de usar su mano derecha. A medida que los meses transcurrían la situación se le complicaba más a Bartolo, ya que Valentina no sólo lanzaba piedras con su mano izquierda, si no que ya a los seis años, escribía y se peinaba con dicha mano, Bartolo tenía poca experiencia en la crianza de niñas, y menos aún con niñas zurdas, pero estaba decidido a enfrentar su situación. Bartolo recordaba que en los primeros años de la vida de valentina, mientras ella usaba su mano izquierda de manera natural, lo hacía de manera natural, y sólo existía la preocupación en él por el uso de la mano contraria a la suya; pero ahora seis años después, cuando ya él ya comenzaba despreocuparse por el asunto, entonces valentina comenzó a darse cuenta de su condición de zurda, y comenzó a lanzar un bombardeo de preguntas a su padre, lo cual comenzó a preocuparlo nuevamente.

   Bartolo comenzó a consultar libros de psicología infantil, buscando tener la información necesaria para responder a las inquietudes que su hija diariamente le presentaba.

   -En verdad los zurdos son como los demás- le decía muy seguro de lo que estaba diciendo-. Cuando los otros niños utilizan su mano derecha, en realidad lo que están es siguiendo instrucciones del hemisferio izquierdo de su cerebro, pero tú, que utilizas tu mano izquierda es debido al predominio del lado derecho de tu cerebro.

   Esta explicación la convenció por algunos meses, pero fue perdiendo fuerzas cuando Valentina le pregunto a su padre:

    –Y tú, ¿por qué no tomas los objetos con la mano izquierda?-. Y luego, sin esperar respuesta, le arrojó otra pregunta-: ¿Por qué el lado derecho de tu cerebro no es predominante como el mío?

   Fue a partir de ese día que Bartolo comenzó a idear una nueva manera de convencer a su hija de que ella era una niña como las demás. Una tarde regresó a la casa con un espejo inmenso, el cual colocó en la habitación de valentina de manera que ella pudiera mirarse mientras se peinaba y mientras realizaba sus actividades escolares.

   – Mira bien- le decía-, y verás que tu imagen refleja que eres diestra. Ya ves que todo ha sido un malentendido.

   Así fueron pasando los meses y los años y Valentina no volvió a preguntar a su padre sobre aquel tema en particular. Bartolo, por su parte, procuraba no tocar el tema en las conversaciones con su hija para evitar respuestas poco convincentes. De pronto, una noche, cuando Bartolo regresó a casa después de su trabajo, Valentina lo estaba esperando; le dio su saludo acostumbrado y después le dijo:

   -Papá, quiero que retires el espejo de mi habitación.

   Bartolo sin hacer preguntas, buscó las herramientas necesarias para retirar el espejo, y cuando hubo terminado su trabajo, con cara de preocupación medio temeroso, le preguntó a su hija:

   - ¿Por qué esta decisión de repente, es que acaso ya no te gusta el espejo?

   Entonces Valentina, abrazando a su padre, le respondió:

   -No, ya no lo necesito, ya comprendí que la imagen que refleja el espejo puede confundir a muchos – y continuó diciendo-. Asimismo somos nosotros cuando utilizamos la mano izquierda, aunque reflejemos al mundo que somos distintos, no es más que una imagen distorsionada, porque seguimos siendo personas igual que los demás; con nuestras propias personalidades y con nuestras preferencias, por eso tendemos a realizar las cosas con nuestra mano izquierda. Soy zurda y me siento feliz como cualquier otra niña, que aunque utilicemos distintas lateralidades podemos convivir y compartir sin complejos y sin temores.

   Bartolo, con los ojos bañados en llanto, abrazó a su hija y la apretó junto a su pecho, precisamente del lado izquierdo de su pecho, para que ella sintiera los amorosos latidos de su corazón de padre, que aunque no era el mejor del mundo, se sentía satisfecho de tener, eso sí, la mejor hija del mundo.

 

 

 

Autor: Alejandro J. Díaz Valero
www.dibucuentos.com

Lecturas: 3221

 

 

subida Subir

 

 

Glosario: 

 

distorsionada: (distorsionado, da) (distorsión)

1. m. Torsión, torcedura.

2. Deformación de imágenes, sonidos, señales, etc., producida en su transmisión o reproducción. ^

-----------------

lateralidad: (lateral)

1. adj. Perteneciente o situado al lado de una cosa.

2. fig. Lo que no viene por línea recta. ^

-----------------

presurosa: (presuroso, sa)

1. adj. Rápido, ligero, veloz. ^

-----------------

procrear:

1. tr. Engendrar, multiplicar una especie. ^

------------------

psicología:

1. f. Parte de la filosofía, que trata del alma, sus facultades y operaciones.
2. Por ext., todo lo que atañe al espíritu.
3. Psicol. Ciencia de la vida mental. ^

-------------------

 

 

Creative Commons License  Privacidad de Google  Renuncia legal  Condiciones   Política de cookies  Sitemap

dibucuentos by Francisco Mielgo Santiago is licensed under a

Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.